29.6.15

La vida en mí

Me gustaría
enroscarme por tu cuerpo
averiguar el músculo donde se sitúa
el olvido
descubrir en qué hueso
se intuye la edad
y el sentimiento hueco.

Me gustaría entender
qué te llevo a olvidarme
a hacer de nuevo un universo
de flores secas,
de muchachas tristes
lejos
de
mí.

Me gustaría hundir
estas metáforas
en el mar de los recuerdos
y descubrir
que el horizonte es sólo un lugar
donde cumplir sueños.

Me gustaría
no haberte recordado
pero sí eres parte de mi vida
eres mi historia
y soy fiel
a mis fracasos
y alegre
vencedora
de toda la tristeza
en que puede sumirme
la derrota.


Ahora,
sólo me pienso haciendo
de la vida
un seguimiento de acciones,
y los cuadros del salón
parecen cobrar vida
y el agua
venir hacia mí.
Descubrirme en la cama
llena de la vida
que me espera fuera
y de la vida
que corre en mí.

Hoy,
la naturaleza
goza de la voz más poderosa
y no espera,
sólo desespera
y me dice
que hay un universo
para mí,
un barco que solo puedo construir yo
y que
precisamente
no me llevará hacia ti;
sino hacia mí misma
a lo que
fui,
seré,
soy.

A lo que perdí por pensar
a lo que gano por alejarme
y echar a andar.

Ya no eres nadie para mí
por eso no hace falta olvidar.

Oh, triste recuerdo
prendido de oscuridad,
que te tambaleas
sobre la inmensidad.

Mira mis pupilas dilatadas
que sueñan planetas bajo el mar
y en su color lejano
ya no consiguen recordar.

28.6.15

Y sin embargo, lo haré

No me quiero ir
y sin embargo
me dibujas en los ojos el camino,
intuyes las tempestades en mis manos.
No me quiero ir
y sin embargo
me abrazas con tus mapas
me arropas con tus cielos
me dices y susurras
que es mejor el vértigo
que un día sin ilusión
No me quiero ir
y sin embargo
es lo mejor de caer
atreverse e intuir
que es mejor arriesgarse
que arrepentirse
que es más libre quien rompe fronteras
que quien se queda
No me quiero ir
y sin embargo
ni tú
ni yo
ni nadie
pierde nada por intentarlo.

18.6.15

XVIII

Damos vueltas por los ojos,
me meto por debajo de tu piel
y pinto flores en tus músculos débiles.
Dibujo la primavera
en el alma que crece
tras este muro de papel.
Espantar la niebla que sale por tu boca
el fuego que puebla nuestro mundo diminuto
y amanecer
distrae tus manos
hacia el túnel de tu dolor.
Pliegues de labios
alfombra de rosas
que me salen de la boca,
lenguas de jazmín
que acarician tu pelo,
un comedor
donde muera el silencio;
con las palabras,
que, como lapas
se me cosen en el estómago,
del que salen ciervos corriendo.
La puerta que se abre
sin pedir permiso
y aleja todos los signos de mi historia
y
cre(c)er,
hay un jarrón
que se rompe dentro de mí
y explota hecho vidrio
sangre
sangre por mis brazos,
tú me abrazas y
te conviertes
en el esqueleto de lo que quise ser
ya es tarde
digo
me voy a mi casa.
Y tú me hundes,
me hundes,
me hundes
entre tus brazos
otra vez
y me muerdes el amor
y me quitas el ayer.

9.6.15

Hija de esperanza

Quiero contarte, sencillamente,
la historia de una vida

y que comprendas,
honestamente,
que la recuerdo todavía

-sin ser la mía

conozco sus heridas
los andares indecisos
de quien ama la vida

a pesar
y todavía.

Quisiera que entendieses
qué significa partir

y enfrentarse al eco
del espanto

al vértigo
en que no quiero caer.

Quisiera dormirme
en los versos que galopan en la mente
y no tener que morir
en las letras
-que zumban en mis oídos
y que sólo me traen una pena que no quiero ver,
que comprendo demasiado bien.

Y a pesar de los pesares
que soy hija de la esperanza.

Ojalá
comprendieses eso

también.

8.6.15

(I)


Tristezas amigas,

que estaban en lunas ariscas,

trenzando jarrones

con aguas heridas.



***

No tengo miedo a sufrir

porque estoy llena de heridas

que anidan en los ojos

abriendo puertas

a lágrimas vivas.

7.6.15

Duele

Duele, duele, duele

como duele 
esta lágrima 
camino los labios
surcando las mejillas.


Duele como la caliente sangre
que dentro de esta piel helada 
se dedica a correr
y arde sin cesar 
en este mundo de mentira
que me desposee.
Duele, duele, duele

y me veo vestida de rojo
en medio del mundo
que me mira fijamente

Locamente,
sin caras a mí alrededor.
Oh dios,
la vida
me lanza
escaleras abajo
del olvido
y
el tiempo
de esta vida
que encendida
convierte 
en cenizas 
mi pecho
dejando llorar a
mi frágil corazón.


Duele, duele, duele

como la canción cantada 
en la más negra noche
y la lágrima
que eterna hiere
el lienzo entero de un alma.